EE.UU. renuncia a pena de muerte para ‘El Mayo’, Caro Quintero y ‘El Viceroy’

La Fiscalía de EE.UU. no solicitará la pena capital contra Ismael 'El Mayo' Zambada, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, una decisión estratégica que sugiere avances en acuerdos de culpabilidad y redefine la persecución de alto perfil.

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La Fiscalía de Estados Unidos ha dado un paso significativo al anunciar que no solicitará la pena de muerte contra tres de los narcotraficantes mexicanos más prominentes: Ismael “El Mayo” Zambada, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, alias “El Viceroy”. Esta decisión, comunicada a los jueces encargados de sus respectivos casos, sugiere una fase avanzada en las negociaciones para que los acusados se declaren culpables de los delitos imputados. Este movimiento es interpretado por analistas como una estrategia procesal clave por parte de las autoridades estadounidenses para asegurar condenas sin la complejidad y duración que implican los juicios de pena capital, además de alinearse con las condiciones habituales de extradición desde México, donde la pena de muerte no está vigente. Hasta el momento, las autoridades estadounidenses no han detallado las razones específicas detrás de esta determinación.

Un Giro Estratégico en la Persecución de Alto Perfil

La decisión de la Fiscalía se materializó a través de misivas enviadas a los jueces. Un primer documento, dirigido al juez Brian Cogan de la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, notificó la renuncia a la pena de muerte para Ismael “El Mayo” Zambada García. El comunicado señala: “El gobierno envía esta carta respetuosamente para informar a la Corte y a la defensa legal, que la Fiscalía General de Estados Unidos acordó no buscar la pena de muerte en contra del acusado, Ismael ‘El Mayo’ Zambada”.

Posteriormente, se confirmó que el fiscal Joseph Nocella Jr. adoptaría la misma postura para Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes. En el caso de Caro Quintero, la misiva fue enviada al juez Frederic Block, mientras que la solicitud para “El Viceroy” fue dirigida a la jueza Joan M. Azrack. Este patrón en los tres casos de alto perfil refuerza la tesis de una directriz estratégica a nivel federal.

Los Perfiles Clave: Poder y Trayectoria

Ismael “El Mayo” Zambada, de 77 años, es una figura legendaria del narcotráfico mexicano, reconocido por ser el único líder original del Cártel de Sinaloa que nunca ha sido capturado. Enfrenta 17 delitos, incluyendo delincuencia organizada, portación de armas, lavado de dinero y narcotráfico, con una próxima audiencia programada para el 25 de agosto en la Corte Federal de Brooklyn. La renuncia a la pena capital en su caso es particularmente relevante dada su importancia y longevidad en la estructura criminal.

Rafael Caro Quintero, exlíder del extinto Cártel de Guadalajara, es señalado por el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985, un caso que marcó un antes y un después en las relaciones bilaterales de seguridad. Su reciente recaptura en México, tras años de eludir a la justicia, lo colocó nuevamente en el centro de la atención, y esta decisión sobre la pena de muerte podría acelerar su proceso judicial en Estados Unidos.

Vicente Carrillo Fuentes, alias “El Viceroy”, tomó las riendas del Cártel de Juárez tras la muerte de su hermano, Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”. El pasado 24 de junio se había informado que “El Viceroy” se encontraba negociando con el Gobierno de Estados Unidos un acuerdo de culpabilidad, lo que sugiere que la renuncia a la pena de muerte forma parte integral de estas conversaciones para lograr una resolución expedita de su caso.

Implicaciones Legales y Geopolíticas

La determinación de la Fiscalía estadounidense de no buscar la pena de muerte para estos tres capos puede interpretarse como un pragmatismo judicial que prioriza la obtención de sentencias condenatorias firmes y, potencialmente, la cooperación de los acusados, sobre un proceso capital que podría extenderse por años y generar múltiples apelaciones. Además, esta postura puede facilitar futuras extradiciones de alto perfil desde países como México, que tienen prohibida la pena capital en su marco legal y exigen garantías de que no será aplicada a sus ciudadanos. Esta estrategia podría sentar un precedente para futuros casos de narcotráfico transnacional, enfocando la persecución en asegurar la culpabilidad y la inteligencia sobre la máxima condena.

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