La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha reiterado su compromiso con un proceso de consulta amplio para la controvertida reforma electoral, cuya formulación está a cargo de una comisión encabezada por Pablo Gómez. Sin embargo, su insistencia en la inclusión contrasta con la composición de dicha comisión, exclusivamente integrada por funcionarios de su equipo, y su posterior crítica a figuras clave de la administración electoral pasada, reavivando el debate sobre la legitimidad del proceso democrático y los antecedentes históricos.
La Comisión de Reforma Electoral y el Desafío de la Transparencia
La presidenta Sheinbaum afirmó que la discusión sobre la reforma electoral escuchará “a todos”, buscando construir un consenso amplio en torno a los cambios propuestos al sistema político mexicano. Esta reforma, una de las promesas de campaña y un eje central de la agenda de la próxima administración, busca no solo modificar la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE), sino también redefinir aspectos fundamentales de la representación y participación ciudadana. Propuestas clave que se han barajado incluyen la elección directa de consejeros y magistrados electorales, así como la reducción de costos operativos del sistema.
No obstante, al ser cuestionada sobre la ausencia de voces externas al gobierno en la comisión que lidera Pablo Gómez —actual titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y figura de reconocida trayectoria legal y política en la izquierda mexicana—, Sheinbaum optó por evadir la respuesta directa. En su lugar, pospuso la explicación a la futura comparecencia de Gómez en la “Mañanera” del próximo lunes, lo que subraya la naturaleza interna y controlada del proceso inicial.
Críticas a la Integración y la Réplica Presidencial
La decisión de conformar una comisión exclusivamente con funcionarios del equipo de la presidenta electa ha generado inmediato escepticismo entre analistas políticos y la oposición, quienes argumentan que una reforma de tal calado requeriría una mayor pluralidad y autonomía desde su fase de diseño. Esta crítica apunta a la percepción de que la reforma podría ser impulsada bajo una lógica de control gubernamental, en lugar de un consenso multipartidista. La mandataria, por su parte, se limitó a señalar que la consulta será “amplia”, sin ahondar en las razones de la composición interna de la comisión.
El Eco de 2006: Sheinbaum Confronta a Exconsejeros del INE
En un giro significativo, Sheinbaum Pardo arremetió directamente contra exconsejeros del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), ahora INE, que han expresado críticas a la reforma. De manera particular, la presidenta electa mencionó a Luis Carlos Ugalde, presidente del IFE durante las elecciones de 2006, acusándolo de ser uno de los “artífices del fraude electoral”.
Esta referencia evoca uno de los episodios más polarizantes de la historia política reciente de México, cuando la demanda de “voto por voto, casilla por casilla” por parte de la izquierda fue denegada, generando una profunda crisis de legitimidad y acusaciones de manipulación. Al señalar a Ugalde y otros como “paladines de la democracia” en la actualidad, Sheinbaum busca descalificar sus objeciones, enmarcando sus críticas como una defensa de privilegios o de un sistema que, según su perspectiva, ya demostró fallas fundamentales. Este movimiento retórico no solo desvía la atención de la composición de la comisión, sino que también refuerza la narrativa de la “Cuarta Transformación” sobre la necesidad de una reforma profunda para corregir las deficiencias históricas del sistema electoral.
Implicaciones Políticas y el Camino de la Reforma
La postura de Sheinbaum y la estrategia de comunicación en torno a la reforma electoral marcan el inicio de un intenso debate legislativo y social. La propuesta no solo busca reconfigurar el aparato electoral, sino que también es vista como un paso clave para consolidar el proyecto político de la administración entrante. La intervención de Pablo Gómez en la “Mañanera” de Andrés Manuel López Obrador será un momento crucial para clarificar el alcance y los mecanismos de la consulta, así como para defender la legitimidad de la comisión. La manera en que esta reforma avance definirá una parte significativa del legado político de la próxima presidenta.